Años 2.003 y 2.004: la Plaza del Segura de Santiago de la Ribera rebosaba vitalidad, con diversos árboles y vegetación que absorbían la mayoría de los gases tóxicos y proporcionaban oxígeno a sus habitantes. Eran momentos donde la vecindad gozaba de una salud envidiable gracias a las zonas verdes de la plaza, y donde multitud de pájaros de todo tipo (gorriones, mirlos, lavanderas, abubillas, vencejos, palomas, etc) hacían su vida y sus nidos, eliminando insectos dañinos y dando a la plaza un sonido celestial. Incluso podían verse ardillas viviendo en la plaza. Una higuera en la misma plaza y otras dos en las cercanías lograban el equilibrio ecológico necesario, aportando los nutrientes necesarios para la supervivencia de toda su fauna.
Por desgracia, nuestros gobernantes municipales, tanto del PP como del PSOE, no tardarían en destruir esté idílico lugar, "animados" en ocasiones por una minoría de vecinos/as caracterizados/as por una incultura supina.
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